jueves, 25 de noviembre de 2010




El viernes pasado tuve la oportunidad de ir al Hot Festival con mi hna. En sí, iba principalmente a ver a Scissor Sisters, banda que me encanta y que me tuvo saltando todo el recital (y babeando también, que Jake no por nada tiene el lomo que tiene). Pero me enamoré por completo de Mika... sisi, obse mal!
Qué tiene? además de una gran voz y mucho carisma... logra su objetivo de entretener y levantar el ánimo aún con canciones con letras melancólicas como ésta. Flacucho, eléctrico, con unos rulos que se le resbalan por la cara... pero nada de eso vino mágicamente. Investigando en google, se puede leer que el muchacho está entrenándose en canto desde los 8 años, que habla varios idiomas (además del muy correcto castellano que manejó en el recital), que le ha puesto mucho empeño.
Creo, que también hay algo del potencial de mi Mica que veo proyectado en él. No puedo evitar preguntarme si en este momento tan delicado, a sus 8 años, debo presionarlo para que desarrolle ese potencial artístico o si debo dejarlo más en libertad, más cercano a un "chico normal". Me pregunto si es realmente algo propio de su individualidad o si es que yo estoy proyectando mis propias frustraciones artísticas e intentando que él viva la vida que yo no viví y que ya es tarde para desarrollar. Todas estas cosas me pregunto, pero mientras, me acompaña este "pop para divertirse" que no deja de tener su sello de calidad...

domingo, 3 de octubre de 2010

Una mirada

A veces cosas muy sencillas alcanzan para que todo tome otra perspectiva. Hoy por la mañana, luego de dejar a mi nene con el padre, decidí que era un buen día para caminar un poco. Me dirigí por el boulevard hacia el parque grande cerca de casa, y luego decidí también que era un buen día para comprar panes integrales y ... tomarme un te Chai en Starbucks. Cuando me entregaron el pedido, un hombre jóven estaba haciendo el suyo. Morocho, ojos azules, lindo. Pasé por su lado y me dispuse a sentarme en uno de los sillones externos. Pero había demasiado viento y tuve que cambiar de opinión. Cuando volví me lo crucé de frente y no sé qué carita le habré puesto, pero me regaló una enorme sonrisa. Y se fue a sentar justo a ese sillón que yo había rechazado. Quedamos a veinte metros, vidrio de por medio, cruzando miradas de vez en cuándo. Una tiene su instinto cazador, así que en el medio pensé varias posibilidades de aproximación. Finalmente, de acuerdo con mi política reciente, decidí que si tenía que ser, él avanzaría cuando yo pasara por su lado, al salir.Obviamente, eso no pasó. Aunque quizás si lo hubiera mirando, quizás si hubiera pasado más lento por su lado. Nunca lo sabré. Quizás fueron las alpargatas o la ropa sencilla, la falta de maquillaje que contuvo mi actitud de cazadora. Jamás me enteraré. Una oportunidad se fué, o mejor dicho, la sombra de una oportunidad pasó volando. Pero me quedó una mirada y una sonrisa, y por la mañana... ya es suficiente!

martes, 28 de septiembre de 2010

mirando la lluvia

Caminá conmigo bajo la lluvia, que el aire es tibio y nos invita. Sentí esos cientos de pequeñas gotas suicidas contra tu piel, empapando tu ropa, empapando mi ropa.

Caminá conmigo bajo la lluvia, no es un ruego, no voy a esperarte.

Caminá conmigo bajo la lluvia, llename de besos húmedos, frescos, estremecedores.

Caminá conmigo bajo la lluvia, no importa por donde nos perdamos...

Caminá conmigo bajo la lluvia, hasta que las ropas pesen y los cuerpos tiemblen.

Caminá conmigo bajo la lluvia, que no voy a dejar que llueva para siempre,


y voy a secarte con cuidado, con besos sedientos y pequeñitos
y voy a ofrecerte un lugar cálido,
y voy a dejarte descansar de todo,
y vamos a inventar mil y una formas
de sentir llover...

domingo, 29 de agosto de 2010

Personas II - El Luthier

Hace ya algunos años, mi querida Tati me había invitado a su cumpleaños. Lo festejaba en un bar bohemio metido en algún rincón de palermo, casi un patio cervecero. En teoría, la invitación era para las doce. Conociéndola, debería haberme aparecido allí un par de horas después, pero honestamente no tenía ganas de viajar en bondi tan tarde. Así que allí fui... el lugar, aparentemente, recién abría. Me acerqué a la barra, estaban viendo un recital de Pink Floyd, me senté y pedí algo para tomar. Amablemente, dado que era la segunda persona que entraba, me convidaron vino por cuenta de la casa.
La música y el vino abren diálogos, y en un ratito muy breve me encontré charlando con el muchacho que había llegado primero. Empezando por los gustos musicales, para enterarme que él tocaba la batería en una banda y además, la viola. Su amor por la música llegaba al punto de haber escogido un oficio sacrificado, lento y laborioso: estaba en un taller estudiando luthería. Mientras tanto, vivía de trabajar como empleado en una librería por el centro.
De a poco el lugar se empezó a llenar de gente y la música empezó a cambiar, pero creo que no nos dimos mucha cuenta. Estábamos hablando ya de nuestra vidas, me contaba de su experiencia de haber conocido al viejo recién a los 18 (porque cuando el tipo se había borrado él era muy chico como para recordar), de su admiración por la fuerza de su madre, de su pareja rota hace unos meses, de sus proyectos a futuro.
Yo estaba muy interesada en la conversación, pero eso no me impidió notar algunos detalles encantadores, como los rulos que le bailaban alrededor de la cabeza, de un color castaño rojizo... o los ojos de color indefinido. Su boca, las breves sonrisas, la forma de mirar. Al cabo de dos horas estaba completamente fascinada por ese muchacho, que parecía tener todo lo necesario para enamorarme por completo.
Finalmente, a eso de las 3 de la mañana apareció Tati. Y ahí nos dimos cuenta que los dos estábamos ahí por lo mismo, él era un amigo de quien en ese momento era novio de ella, y le llevaba un libro con una investigación sobre alucinógenos. Tati sonrió como si hubiera planeado que nos conociéramos (de hecho, me dijo al oído que de todos sus amigos, era el que quería que me cruce)
En algún momento, nos levantamos de la barra y fuimos a bailar... de los cuerpos moviéndose a los cuerpos besándose hay un pasito nomás. Sus labios tan hermosamente dibujados también parecían hechos para llevarse con mis labios...
Ya era muy tarde, tenía que volverme a casa. Él vive por la zona, se ofreció a acompañarme. En algún momento del viaje, decidimos hacer una escala por su casa. Entrar a su habitación fue transportarme a lo que sería mi refugio ideal... libros por todos lados, apilados, en estantes, bajo la cama, entre la ropa. Música por todos lados, cds originales, casettes, algunos vinilos, rock nacional, rock viejo, trova. Un par de guitarras, todo en un revoltijo caótico, pero al mismo tiempo, con la coherencia de un collage.
Lo adoré con toda la entrega que podía permitirme. Era una locura, lo sabía. Pero al mismo tiempo se sentía lo más natural del mundo, como si esa pieza me hubiera estado esperando, como si yo lo hubiera estado esperando a él.
A la mañana, nos escurrimos a la calle y me acompañó caminando a casa. Crucé los dedos para que esa historia no se termine ahí y me dormí con una sonrisa.

Salimos algunas veces más, y todo confirmaba esa sensación. Estaba dispuesta a enamorarme de él, estaba dispuesta a dejar todas mis barreras de lado, y casi lo hice. En el medio, llegaron las vacaciones y se fue a la costa unos cuantos días.
Lo llamé cuando volvió y lo escuché realmente feliz de oirme. Quedamos en vernos ese viernes, a confirmar hora y lugar. No tuve noticias de él y lo llamé al celular, que no estaba funcionando todo lo bien que debería. Nada.

Mandé sms

Nada

Asumí que había un problema con el celu, así que al atardecer, a la hora en que llegaba de trabajar, lo llamé a la casa.

Mensaje en el contestador "hola! soy Carla, por favor llamame antes de las 22 que tengo que arreglar con alguien en casa para que cuiden al nene y si no aviso antes, se complica"

Nada

Me llamó a las 23, cuando yo ya estaba furiosa. Hubiera salido corriendo igual, si total ya estaba cambiada, de no ser que me dijo "no te quise atender". Eso me dolió demasiado y todas las barreras que había bajado las subí en un instante. "Qué pena que no hayas querido, tu día complicado podría haber terminado mucho mejor".

Corté el teléfono, me senté frente a la compu a llorar, y fue lo último que supe de él...

martes, 24 de agosto de 2010

De vez en cuando la vida

Hay veces que mi vida necesita un sacudón. Un temblor de tierra y a romper todas las murallas formadas, el arcano de La Torre, con sus fundamentos en llamas, quemando todo, rompiendo con todo para empezar de nuevo y surgir como el fénix. Hay veces en que todo parece listo para eso, y sin embargo, el sacudón no se produce. Queda sólo la incomodidad y la pregunta de ¿y ahora cómo?.
Quizás desde chica me acostumbré a esa forma catastrófica de introducir cambios en mi vida. La suavidad de un proceso lento parece no ser lo mío. Si no rompo con todo yo, viene el hecho desde fuera. El viaje a Cutral-Có, el embarazo, encontrarme repentinamente sin trabajo cuando todo parecía ok, etc., etc. Astrológicamente, sería mi cualidad plutoniana jugándose. Pero la gracia está en ganarle a esa lógica.
Entonces, ahora, que ese cambio radical no va a llegar, que quedó frustrado, es hora de preguntarme ¿cómo puedo hacer para acomodar las piezas?. Tengo algunas metas, ahí, sueltitas, concretas, realizables. Pero... ¿cómo?
Supongo que de a poco iré teniendo algunas ideas para pasar del limbo a la práctica. Mientras, mi vida sigue, el tiempo pasa, y yo trato de hacer lo que puedo, como puedo, para estar aunque sea un poquitín satisfecha con lo que tengo, lo que soy, lo que doy.

lunes, 9 de agosto de 2010

Personas I - Marko

Hace algunos años, había ido a bailar sola a la Glorieta. Era una muy bonita noche de verano, pero no había tenido suerte con los bailarines. Lamentablemente, cuando el primero que te saca a bailar es medio desastroso, los que te vieron bailar con ese no saben si el desastre es por él o por vos... y por las dudas, evitan invitarte luego.
Ya a punto de irme, divisé apoyado contra una columna a un muchacho definitivamente lindo. Y me miraba. Rompiendo con el protocolo tanguero cabeceé a ver si se acercaba, pero pareció no entender. Caminé los metros que nos separaban y al mirar de cerca, me dí cuenta de algo: el muchacho que ya me parecía alto, estaba 2 escalones por debajo del piso. Bueno, eso ya era demasiado alto, pero, no perdía nada preguntando si quería bailar. Me contestó con un castellano dificultoso que lo sentía mucho, pero no sabía. Decepcionada, fui a buscar mis cosas y me dispuse a volver a casa.
Bordeé barrancas de belgrano y me dispuse a tomar por Juramento. En eso siento pasos y cuando me doy vuelta veo al gigante rubio detrás mío. Ups. Dio un par de zancadas y me dijo que se sentía muy mal por haber dicho que no a la invitación, y me preguntó si le aceptaba un café en el bar de enfrente. Ya que estaba... acepté.
Ahí, mitad en castellano, mitad en inglés, me enteré que Marko era serbio, que había estudiado administración en EEUU y que su compañero de cuarto, argentino, lo había convencido de visitar el país para unas vacaciones. Vino, y le gustó tanto Buenos Aires que decidió radicarse aquí.
Era jugador de básquet, o volley, la verdad no recuerdo bien. Y por ser buen jugador había podido estudiar en yankeelandia. Aquí, jugaba para un equipo chico como para no perder la costumbre.
Marko había atravezado todo el mundo, había viajado, había estudiado, había aprovechado sus oportunidades como un regalo después de ver su país, su ciudad, algunos de sus amigos, padres de sus amigos morir por consecuencia de una de las tantas guerras.
Yo me terminé mi café, y fui muy amablemente acompañada hasta la parada del colectivo. Me lo crucé alguna que otra vez en la Glorieta, bailando salsa; o por msn.
Me ayudó a reconocer y disfrutar un poco más de mi ciudad. Él marcaba como hecho notable la cantidad de museos gratuitos o casi que hay aquí, los festivales y actividades culturales, la misma Glorieta que tan común me resulta. Gracias a Marko, pude ver la ciudad con otros ojos y aprendí a disfrutarla como si no fuera de aquí.

lunes, 2 de agosto de 2010

La comunicación es un fenómeno complejo, parte II

Sabemos que la comunicación no consiste sólo de palabras. El grueso de la misma reside en el lenguaje corporal, en los tonos, etc. Más allá del mensaje, hay metamensajes que se filtran. No es lo mismo decir con una voz resignadísima "otra vez lo mismo" a preguntar inquisidora "Otra vez lo mismo?????!!!!!!!"
Ahora bien, cuando una invita a alguien a realizar una actividad, y del otro lado obtiene un "no puedo" (o, en algunos casos, ni siquiera una respuesta concreta sino evasivas) el metamensaje es "NO ME INTERESÁS, DEJATE DE JODER". Porque es obvio que si interesara la compañía, el interlocutor como mínimo intentaría establecer una nueva probable fecha de encuentro.
Así que, chicas... si al final de la cita no arreglaron ya cuándo se van a volver a ver... descarten al chongo como nada más que chongo, porque va a llamar cuando el resto de las opciones se le agoten. Y chicos, si realmente les interesa una mina, no caigan en la estupidez de pretender que hacerse los difíciles les va a traer algún tipo de beneficio. Y si de puta casualidad su vida realmente es tan complicada (como la mía, por ejemplo, cuando efectivamente muchas veces no puedo hacer nada aunque me inviten con anticipación), recuerden explicitar su interés.


Pd.: SI, me hago cargo... y no voy a seguir insistiendo, no es bueno para mi ego. Y la verdad es que el único motivo por el cuál no esperé a recibir invitación es porque quería aprovechar que estaban mis viejos en casa y que podía salir con más tranquilidad. Después, no voy a aceptar reclamos que no me ven nunca o que nunca puedo hacer nada...

martes, 20 de julio de 2010

A mis amigos

Hay un algo en este tema, un algo de entrañable, de lejano, que me saca lágrimas invariablemente. Mis amistades no son así y nunca lo han sido, así que una especie de sentimiento de pérdida de lo entrañable se mezcla


Sin embargo, no todas las amistades tienen que ser así. Pese a la distancia, pese a las pocas experiencias compartidas, algunas personas han sabido ganarse un lugar enorme dentro de mis afectos. Mis amigos no lo son porque la vida nos puso juntos, mis amigos lo son porque tenemos intereses en común y alrededor de ellos generamos un código. Lo son porque hablando entre nosotros entendemos más de nuestras vidas, porque el nosotros nos muestra un lado de la moneda que no queremos ver muchas veces. Mis amigos son las personas que ayudan a que no odie a la humanidad. Son esas personas cuyas historias yo atesoro, cuido, escribo, porque quiero preservarlas lo más que pueda. Ojalá pudiera preservarlos de la muerte, ojalá pudiera. Ojalá pudiera poner mi granito de arena o mi roca para que todos y cada uno de ellos llegue a ser su mejor sí. No el que yo considere mejor, sino el que ellos anhelen. Definitivamente me ayudan a mí en el camino de serlo.
Me despido con mucho amor, y con el abrazo que me gustaría darles en este momento... uds saben que soy medio amarreta con las demostraciones de afecto, pero... por acá no pueden ver que la turrita cursi que vive en mí está mariconeando de lo lindo XD

sábado, 10 de julio de 2010

Demian - Prólogo

Quería tan sólo intentar vivir aquéllo
que tendía a brotar espontáneamente
de mí. ¿Por qué había de serme tan
difícil?
Para contar mi historia he de empezar muy atrás. Si me fuera posible, debería retroceder aún mucho más, hasta los primeros años de mi infancia, e incluso más allá, en la lejanía de mi ascendencia.
Los poetas, cuando escriben novelas, suelen hacer como si fuesen dios mismo y pudieran abarcar con su mirada toda una historia humana, comprenderla y exponerla, como si dios mismo la relatase, sin velo ninguno, revelando en todo momento su más íntima esencia. Yo no puedo hacerlo así, como tampoco pueden los poetas. Pero mi historia me es más importante que a cualquier poeta la suya, pues es la mía propia y es la historia de un hombre -no la de un hombre inventado, sino la de un hombre real, único y vivo-. Hoy se sabe menos que nunca lo que es eso, lo que es un hombre realmente vivo, y se lleva a morir bajo el fuego a millares de hombres, cada uno de los cuales es un ensayo único y precioso de la Naturaleza. Si no fuéramos algo más que individuos aislados, si cada uno de nosotros pudiese realmente ser borrado por completo del Mundo por una bala de fusil, no tendría ya sentido alguno relatar historias. Pero cada uno de los hombres no es tan sólo él mismo; es también el punto único, particularísimo, importante siempre y singular, en el que se cruzan los fenómenos del Mundo, sólo una vez de aquél modo y nunca más. Así, la historia de cada hombre es esencial, eterna y divina, y cada hombre, mientras vive en alguna parte y cumple la voluntad de la naturaleza, es algo maravilloso y digno de toda atención. En cada uno de los hombres se ha hecho forma del espíritu, en cada uno padece la criatura, en cada uno de ellos es crucificado un redentor.
Muy pocos saben hoy lo que es el hombre. Muchos lo sienten, y, por sentirlo, mueren más aliviados, como yo moriré más aliviado cuando termine de escribir esta historia.
No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave y armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y ensueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse a sí mismos.
La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella d eun sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Alguno no llega jamás a ser hombre, y sigue siendo rana, ardilla u hormiga. Otro es hombre d emedio cuerpo para arriba, y el resto, pez. Pero cada uno es un impulso de la Naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos orígenes comunes: las madres: todos venimos de la misma sima, pero cada uno -tentativa e impulso desde lo hondo- tiende a su propio fin. Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interepretarse
cada uno.
Hermann Hesse
Demian
Descubrí que en las ediciones online del libro faltaba el prólogo, y no me parece un asunto menor. Lo dejo aquí, para ustedes, con el link para descargar el libro. Me levanté pensando en tipear esto para una persona en particular, la prueba será ver si llega el mensaje (sí, me levanté sinuosa hoy).

http://www.librosgratisweb.com/html/hesse-hermann/demian/index.htm

miércoles, 7 de julio de 2010

Padre e hijo



Encontré en Youtube una muy linda versión del tema, cantada por Cat Stevens (autor) y Ronan Keating. Estaba buscando canciones para cantar en la próxima muestra de canto, y esta me llama la atención de una forma muy particular.
El tema que trata me parece universal. En toda cultura donde exista la relación padre/hijo, madre/hija (y los otros cruces tb) va a aparecer la necesidad del hijo de despegarse del vínculo para poder hacer su propia experiencia. No es que los consejos paternos o maternos sean necesariamente malos (aunque he tenido que escuchar cada cosa de cada padre!!! no los míos, por suerte... bueno, no siempre los míos, por suerte), sino que al vivir de acuerdo con los mandatos paternos o maternos... nunca dejamos de ser hijos. Tampoco se trata de rebelarse porque sí a todo lo que nuestros padres digan, porque entonces estaríamos tan condicionados como de la otra forma.
Pero el cambio, el límite a los padres, el hacer la propia experiencia y cometer los propios errores es parte de madurar. Y no necesariamente la parte más fácil.

viernes, 2 de julio de 2010

Experimentos I

Iba a ser un día largo en la oficina. Cierre de mes. Lunes. Quién te manda a trabajar? Ah, sí, si querés comer tenés que pagar. Maldición.
Refunfuñando por lo bajo, Gómez entró en la oficina. HolaPedroBuendíaJésicaalgúnmensajeparamí?¿Nada?Buenonosvemosenelalmuerzo. Un bostezo. Y cobrar valor para entrar al ataúd.
La carcelera ya estaba ahí. Doble maldición.
"Buen día, Gómez. Pudo ver el informe que le dejé ayer?"
"Sí, Mara, ya me pongo a corregir el error, debió haber un problema con los porcentajes"
"Ahí tiene las carpetas. Para el mediodía, por favor"
Gómez se dirigió al pequeño escritorio de la esquina. Mara tenía la teoría que se trabajaba con más ganas cuando se podía verificar que la jefa trabajaba a la par de uno... pero en realidad esto sólo ocasionaba que Gómez se pusiera aún más nervioso ante la mirada severa de Mara. Ella terminaba todo a tiempo, tipeaba a una velocidad asombrosa, parecía multiplicarse en la oficina yendo de acá para allá, buscando carpetas, comparando documentos, escribiendo en su planilla, proyectando ventas.
Comenzó a corregir su error del viernes, sorbiendo su eternizado y tibio café. Mara mientras vivía en su propio mundo, parecía tener una atmósfera aparte. No era mucho mayor que Gómez. Su pelo negro caía prolijamente lacio al inicio del día, pero luego era atado y desatado, sujeto con lápices y lapiceras en rodetes inverosímiles. Tenía los ojos grises, los labios perfectos, la piel ligeramente morena. No era exactamente alta, pero entre su porte altivo, los stilettos y su fría mirada parecía un ídolo de la isla de Pascua. Gómez sentía una extraña fascinación por ella.
Ese día, aún más que de costumbre, se sentía pertubado. El vestido que tenía puesto marcaba su cintura y caía deliciosamente sobre sus caderas. Gómez miró y agradeció al que se le ocurrió que un vestido cruzado atado sólo con tiras era buena idea... cada vez que ella se estiraba a buscar algo, se podía vislumbrar una pequeña porción de una tela suave, íntima, que rodeaba sus senos. Cada vez que se sentaba en su sillón giratorio, y cruzaba sus piernas, el vestido se abría un poco, apenas, dejando ver una larga porción de piel canela.
En un momento de la mañana, luego de intentar concentrarse en los números, Gómez se encontró nuevamente mirándola. Había dejado sus zapatos debajo del escritorio y estaba sentada, con los dos pies sobre la silla, y recostada sobre un codo. Algo parecía preocuparla de lo que tenía en su pantalla. De repente, con esa intuición tan típicamente femenina de percibir cuándo son miradas, alzó su vista y miró a la esquina. Directo a Gómez. Y se sonrojó! Gómez no lo podía creer, no cabía en sí de su asombro.
Acto seguido se encontró a su lado... a sus pies, para ser más exacto. Tomó uno de los zapatos que estaban debajo del escritorio y se lo colocó delicadamente. Luego comenzó a besárselo, mientras ella estiraba suavemente la pierna indicándole por dónde tenía que seguir. Sus manos recorrieron las medias hacia arriba, por el costado exterior, sintiendo la suavidad y las curvas de la mujer que tocaba... un poco más arriba se encontró con el final del nylon, un encaje, y una liga. Gómez, alucinado, jugó con su lengua y ese tesoro secreto, para él develado. Un aroma familiar, a mujer, lo inundó. Y hacia allí dirigió Gómez su boca, su lengua, sintiendo la textura sedosa de la ropa que delicadamente cubría su tesoro.
Mara acompañaba su tarea con lentos vaivenes de su cuerpo... contrayéndose, soltándose, gimiendo ahogado. Repentinamente, sosteniéndolo del cabello lo apartó de sí, se levantó y lo sentó en el escritorio... desabrochándole el cinturón y el pantalón.

-Gómez!
-Si?
-Hay algo que me quiera decir, que hace diez minutos que me está mirando?
-No, nada, disculpá, Mara, me colgué...

Una leve sonrisa, hacia un lado, se dibujó en la cara de Mara...

domingo, 27 de junio de 2010

¿Cuál es la naturaleza del deseo?

Hoy estaba preguntándome eso. El deseo...¿tiene que ver con una carencia? ¿se alimenta de las cualidades de un otro o sólo depende de una misma? ¿puede ser creado o simplemente se "despierta"?
Voy a seguir preguntándome estas cosas un buen rato, quizás precisamente porque para llegar a mis deseos tengo que pasar por entre medio de una maraña de deberes. Cuando crecemos, nos acostumbramos (algunos más, algunos menos) a postergar la realización de nuestros deseos para obtener algo que deseamos aún más profundamente. Ahora bien, he visto mucha gente que incluso llega a desear pero sin desear realmente la realización, quizás con temor a quedarse con nada por desear.
En "La historia interminable" de Michel Ende, se muestra en forma de novela infantil, cómo algunos deseos te pierden y otros te ayudan a encontrarte a tí mismo. Yo quiero llegar a esa fuente de mis deseos, reconocerlos de a poco, saborearlos e irlos trayendo al plano de lo real, de lo abrazable, de lo tangible.

Algunas veces, nos ocultamos nuestros deseos y se nos aparecen en forma onírica. Ah, de qué formas deliciosas me ha traicionado el inconsciente de vez en cuándo!

Para ustedes... ¿cuál es la naturaleza del deseo?

miércoles, 23 de junio de 2010

Words don´t come easy

Hay veces en que hablar es realmente un problema para mí. Especialmente, cuando tengo que decir ciertas cosas, como por ejemplo, qué siento respecto a alguien. Digo, decírselo a ESE alguien es lo complicado.
No necesariamente sea algo romántico. Muchas veces simplemente una palabra de apoyo, muchas veces sentir que el otro necesitaba un mimo sonoro, o un sonoro beso o un sonoro abrazo (emm mejor eso sonoro no, significa que estoy apretando mucho).
Especialmente, porque estas demostraciones son mucho más claras y menos costosas a nivel personal. He hecho algunas cosas realmente estúpidas por no decir un "me gustás", un "te quiero" o un "te banco a muerte".
Por ejemplo, muchas (pero muchas) veces me preguntaron por qué cuando me anoté en el Polivalente me metí en bellas artes y no en música. Todo el mundo suponía que lo natural en mí hubiera sido anotarme en música, ya que algo había hecho de chica, me gustaba, me la pasaba cantando, etc. La cuestión es sencilla: resulta que el chico que me gustaba en la primaria dibujaba muy bien. Y estaba casi seguro que se iba a anotar en el Poli. Yo no tenía forma de preguntarle directamente, cuando fue la inscripción, si nos íbamos a ver ahí o no. Así que me mandé de una a BBAA, a ver si podía estar más tiempo con él. Pero, tal como todos los bailes que me quedé esperando que apareciera... me quedé pagando... Bueno, por ese chico también me convertí en experta en trekking en el viaje de egresados a Córdoba, pero ese es ya otro asunto.
Y eso sólo como ejemplo... cosas así, he hecho muchas. Y lamentablemente, sigo haciéndolas, porque aún hoy me cuesta horrores...

sábado, 19 de junio de 2010

Insomnios: Paranoia

Murmullos antiguos me traspasan.
El ruido del mundo vibra y tiembla desde mi centro hasta mi piel, me llena de voces lejanas, imposibles.
Sus palabras perdieron en algún lugar desierto el signficado, les falta algo, que el tiempo les robó, para ser entendidas.
De repente, todo el ruido se concentra, se vuelve silencio, se densifica, se materializa. En ese instante lo sé: me hablan a mí.
Pero no puedo, no logro entenderlo. Me invade una angustia terrible que se instala allí, donde el ruído solía acunarme. No vuelve a suceder, el milagro no se repite, y yo sólo espero.
El miedo, fuerte, rabioso, solitario. Y la seguridad, la absoluta certeza de haberme perdido eso, de no haber oído aquéllo que debía ser tan importante.
Agudizo mis sentidos, me concentro. El aire me pesa en el rostro, me arde en los ojos, que miran la nada. Me seca por dentro y se lleva algo mío con cada respiración.
Puedo oir los árboles de la calle, y el sonido del metal que el viento golpea, allá, por la puerta del jardín. Escucho cada insignificancia, al punto de enloquecer y no saber si los pasos los he soñado o si realmente alguien entró de la calle y está al lado mío, sonriendo de una forma encantadora, mientras me clava una y mil veces su cuchillo oxidado.

Eva Lilith

viernes, 18 de junio de 2010

Insomnios: En estéreo

Hola Gente!
Encontré un cuaderno con algunas cosas viejas que nunca vieron la luz. Creo que voy a desempolvar algún que otro escrito. Este sería el primero...

Ella: Casi me quedo dormida, ojalá suene el teléfono o algo, que me obligue a
Él: Toda la noche dando vueltas. Me fuí con el auto, pero no es lo mismo
levantarme de aquí. Pero no, me quedo en la cama y todo da vueltas alrededor
Buenos aires que el Sur, y no me tranquilizó el paisaje. Volví al hotel y volví a ella.
de una misma cosa. La fiesta, el lujo, y vos ahí sonriente como si nada.
Qué increíble encontrármela después de diez años. Qué hermosa que es,
Me mirabas. Diez años cambian mucho a la gente, más si son de los quince a
aún más de lo que era. Esa sonrisa, esa cara, esa cintura, esas cadeas... AY
los veinticinco. Ni vos ni yo creíamos en lo que el otro se había convertido
pensar que casi fue mía. Pensar que la tuve ayer, en mis brazos, y
Nos acercamos, nos abrazamos. Temblábamos. Te diste cuenta y con la diplomacia
temblaba, qué bienvenida... Le invité un trago para no intimidarla.
que siempre te caracterizó me saludaste e invistaste a tomar algo. Aún
Nunca le gustó sentirse acorralada o en evidencia. Empezamos a charlar del pasado
trémula, siempre lo mismo con vos, el musmo efecto, toda la emoción. Acepté.
de lo que la vida nos trajo, los estudios, el trabajo, mi familia, la
Las preguntas inevitables de la distancia, si habías estudiado lo que querías
tuya. Y del pasado, al futuro, a los proyectos, a sus libros y mi
entonces, si trabajabas, cómo anda la familia?, y demases. Pero vos me
música. De ahí a la metafísica, hay un solo paso, y terminé preguntándote si
preguntaste si era felíz y si me había casado. Tuve que contestarte que sí. Y de
eras feliz, y aún no sé por qué, si te habías casado. Dijiste que sí. Y
repente me dolió en el alma tener un marido tan dulce, amable e irreprochable
en el alma me dolió tanto el brillo de tus ojos, ese que apareció mientras hablablas
porque sí, soy feliz. O lo era...
del hombre que hoy tiene el lujo de tu cama.


Eva Lilith
2000

miércoles, 16 de junio de 2010

Je suis malade por Lara Fabián




Arrastradísimo... y sí.
La traducción no está del todo pulida, pero sirve para dar una idea más exacta del contenido de la canción. Aunque creo que con sólo escuchar y ver, es suficiente.

Hay veces en que nos encerramos en nuestras emociones, que dejamos que nos aten, que dejamos que la pasión nos arrastre. Arcano XV, el diablo, diría mi mazo de cartas. Lo más peligroso es pensar que quedamos a merced de un otro, que el otro es el que debe decidir si seremos eternamente felices o eternamente desdichados. Y lo creemos firmemente, volviéndolo realidad por la repetición de la conducta enfermiza. Pero siempre, siempre, siempre hay una o varias salidas. La primera, la más sencilla, pasa por algo muy simple: decir "NO MÁS"

No digo que sea fácil, especialmente cuando la pasión y el sexo están metidos en el medio. Entregar el propio placer, dejar que un otro sea artífice del mismo... y luego encontrarse conque en realidad no tenemos control puede ser intoxicante. Adictivo. Nos conecta con nuestros miedos más profundos, nos hace ver al mismo tiempo la luz y la oscuridad. Nos vamos enredando en eso, sin darnos cuenta (sin querer ver) que una puede decir, hacer, sentir y respirar "NO MÁS"... y el lazo se vuelve humo, simplemente humo.

Ahora bien, no siempre se quiere. Al menos en algunos casos, atarse a una pasión no correspondida nos puede hacer sentir importantes y especiales, por vivir nuestra propia telenovela. En esos casos, el dolor autoinflingido nos protege de la sensación (o la certeza) de la mediocridad de nuestras vidas.

viernes, 11 de junio de 2010

La comunicación es un proceso complejo (parte 1)

Hace unos cuantos años, mi madre solía salir para ir a un curso por las tardes/noches. Siempre nos dejaba una larga lista con instrucciones a seguir: qué preparar para la cena, qué comprar, qué limpiar, qué hacer con la ropa, etc., etc., etc. Cuando mi padre llegaba del trabajo, nos preguntaba por las instrucciones que madre había dejado y nos abocábamos a la tarea de cumplirlas (aunque nunca lo hacíamos del todo bien, obviamente).
Una tarde, madre salió más apurada que lo habitual, y en vez de dejarnos una larga lista de cosas simplemente nos dijo "Chicos, pórtense bien y HÁGANLE CASO A PAPÁ".
Cuando padre llegó, fuimos a decirle "Papá, mamá dejó instrucciones"... como siempre. Mi padre nos interrumpió y sin más dijo "Chicos... SU MADRE NO SABE LO QUE DICE".
En ese momento nos miramos con mi hno... y entendimos todo.

El sentido de la anécdota (real, por si les interesa) es marcar lo que puede sucedernos cuando rutinizamos la comunicación. Reconozcamos que somos animales de costumbre y que es usual que a las mismas horas digamos cosas similares (como "qué quieren comer hoy" o "qué bueno que ya es hora de salir del trabajo"). Esto no tiene nada de malo de por sí, pero puede llevarnos a que en vez de comunicarnos con el otro, simplemente digamos cosas por inercia.
Por ejemplo, un saludo habitual aquí es "cómo va todo?". La respuesta habitual suele ser "todo bien, vos?". Ahora bien, es igualmente habitual que al que pregunte no le importe para nada lo que al otro le suceda... y el que responda lo dé por sentado y evite cualquier tipo de respuesta comprometida y/o sincera. Y acá ya aparece un problema, porque estamos suponiendo algo de esa comunicación, de antemano.
Si a eso se le suma la ausencia de comunicación no verbal que presentan los medios como los mensajes de texto y el msn, bingo! nos volvemos autistas!

Los invito a contarme anécdotas o teorías sobre este tema... los invito a preguntarse cuántas veces rutinizamos la comunicación, y a preguntarse qué consecuencias les ha traído.

Saludos!

sábado, 5 de junio de 2010

Algunas noches, como ésta, me duele el pasado. Me duele físicamente, me duelen todas las chances perdidas, me duelen todos los errores, me duelen todas las yo que he sido. Me pongo a pensar en las ilusiones que terminaron rotas, en los amores que corté antes que nacieran. Vuelven a mí las historias de quienes me acompañaron. Ellos no saben que yo puedo odiarlos, o que pueden serme indiferentes hoy, pero que en mí está la memoria. La muerte puede llevarse sus pasos, pero sus historias quedarán conmigo, para ser narradas, para perderse en los vericuetos de las anécdotas casi inverosímiles.
En noches como ésta, me acuerdo de los sueños de departamentos con amigas, de pinceles, bellas imágenes, bellos ideales. Recuerdo mis miedos de adolescente, el mundo que se abría delante mío, recuerdo el sabor y la soledad.
En noches como ésta, me acuerdo del calor y la murga lejana, del colchón en la terraza del hotel. Caminatas interminables, toda mi ilusión puesta en ese hombre sombrío de ojos agudos. Adoraba su talento, quería verlo triunfar, quería verlo feliz. Esas noches vienen mezcladas con los descubrimientos del sexo, con la vida gestándose dentro, con el temor del futuro y la época de crisis del país que parecía un mero reflejo de lo que me sucedía.
En noches como ésta, me acuerdo de los largos juegos incompletos con el encantador pintor y su perra metiche. Las charlas regadas con vino, sus besos con gusto a tabaco, el gigante herido. ¿Por qué será que me cruzo con ellos cuando sus sueños están destrozados y deben resurgir de las cenizas?
Recuerdo, claramente, quedarme en la computadora, chateando largamente y escuchando las historias del brujito, su dolor, sus miedos. Deseándolo, consiguiéndolo, odiándolo por haberme rechazado, sintiendo su ausencia, extrañándolo. Sus gestos los tengo en mi retina…
Tampoco puedo olvidarme del luthier, con quien nos colábamos de madrugada en la casa de su madre. Mierda que estuvo cargado de promesas eso, pero mi miedo, o el suyo, lo cortaron de raíz. Parecía tan mío, con los tatuajes, con la música desparramada de cualquier forma, con los libros, con su historia de abandono, de lucha, de superación.
Llego al pasado reciente, y me inundan los sonidos fuertes del metal y la fuego, con las manos perfectas del morocho. Una vez más, parezco llegar en el momento en que todo se desmorona para ellos… ¿acaso la bruja morena lanza sus maldiciones sin quererlo? Él era mi refugio, el lugar donde quedarme acobijada, tibia. Pero también fue mi martirio, el dolor de la incomprensión, la vivencia del amor y el rechazo a la vez.
Y ahora, en noches como éstas, no sólo tengo los ojos muy lejos y una gata medio loca… sino que todos los fantasmas me acompañan, helándome un poco más. Mi niño descansa en su cama, y yo mientras me pregunto qué hacer con el amor que se queda huérfano. Qué hacer con las ilusiones que desaparecen, con el tiempo que se me escapa, con el talento que nunca pude hacer crecer, con la carrera durmiendo en un estante, con los amigos tan lejos, con la vida tan mediocre, tan gris, tan mía...

lunes, 29 de marzo de 2010

Madame Butterfly y Penélope

Madame Butterfly, deshonrada, deja que su hijo se vaya con el padre... y se suicida. Penélope, la de Serrat, se queda esperando sin prestar atención al que volvió.
Y las lágrimas corren por mis mejillas, más no por ellas. No por ellas porque ellas tenían opción. Pero el niñito que fue enviado lejos con su padre y una madrastra no. Y el viajante que vaya a saber después de cuántas desgracias pudo volver... y se encuentra la locura y el rechazo.
No sé cómo interpretarán estas tragedias otras personas. Quizás sientan lástima de dichas heroínas, pero yo no puedo. Yo no siento lástima por quien elige su destino... en cambio, esos terceros que salieron afectados sí me apenan, porque no tienen derecho a réplica, no tienen derecho al pataleo.

Esa ópera sigue siendo bellísima. Y esa canción también. Y mis lágrimas seguirán rodando cuesta abajo...

domingo, 14 de marzo de 2010

Indignación

Él: ¿Cómo va todo?
Ella: Bien pero cansada, mucho trabajo
Él: Yo también cansado.
Ella: Por el trabajo?
Él: No, por la rutina, trabajo en el Estado, así que imaginate...
Ella: Ah si? Qué interesante...! Dónde laburás?
Él: En el ministerio de Desarrollo social
Ella: Copado. Es uno de los lugares donde dejé mi currículum cuando me recibí... ni noticias, me avisás si se abre alguna búsqueda? Y qué hacés ahí?
Él: Básicamente, dibujo cuentas
Ella: ????
Él: Sí, estoy tapando todo el tiempo la plata negra que se mueve.
Ella: ¿Y no podés hacer nada? ¿Denunciarlos?
Él: Estás loca???? Me boletean (me matan, para los que no están al tanto de la jerga)
Ella: O_o
Él: Igual, llega un punto en el que te acostumbrás. Después de todo, me pagan para eso...
Ella: Me parece que ahí le estás errando al concepto. A vos no te paga tu jefe, te pagamos todos para que ejerzas un servicio público. Y todos también le pagamos a tu jefe. ¿Estás seguro que no se puede armar ningún caso en contra?
Él: No, ya fue. Me parece que te lo tomás demasiado en serio. Todos curran y mueven plata negra.
Ella: Pero si lo hacen es porque hay miles de cómplices...
Él: Y qué querés? No tengo otra opción...
Ella: Opciones siempre hay, si por miedo no vas a denunciar, al menos por dignidad podés dejar de hacer ese trabajo...
Él: jajajaja la dignidad la perdí hace rato
Ella: Y te parece gracioso? Bueno, que te sea leve, por mi parte, prefiero no perder tiempo chateando con gente así: si no sos parte de la solución, sos parte del problema.

Esa conversación, masomenos textual, fue real. Una persona, nick EMA, de las tantas que se cruzan conmigo en el msn o en cualquier foro, así, tomándoselo a chiste, demostraba uno de los graves problemas de nuestra sociedad. Y a mi entender, la clave está en el creer que no se tiene otra opción.
¿Cuántas veces escuchamos esto a diario? ¿Cuántas veces nos vemos en la tentación de pensarlo? ¿Cuántas veces caemos en la trampa de la resignación, de la borreguez?
Opciones siempre hay. Que en nuestra escala de valores le demos preferencia a una y para no reconocer lo mezquina de nuestra escala, nos autoengañemos haciéndonos creer que es la única, es otra cuestión. Y si las opciones no están dadas, hay que inventarlas... para algo somos criaturas con capacidad de inventiva.
Me quedé indignadísima. Porque en la sumatoria de las personas que piensan así, y que obtienen una pretendida ventaja de ello, está la responsabilidad de que las cosas funcionen mal. La responsabilidad de la perpetuación de un sistema corrupto no reside sólo en la cúpula, sino principalmente, en la base. Porque es la base la que, haciendo la vista gorda, o cooperando, o incluso, siendo corrupta (por ej.: inspectores aceptando coimas=fallas en la seguridad=cromañón=) la que alegremente permite los abusos a gran escala. Y luego, todos pagamos los platos rotos, y nuestros hijos, y nuestros nietos incluso.
Hay un pequeño detalle a tener en cuenta, ante cualquiera que se crea más que el resto, porque tiene más poder. La muerte nos iguala a todos. No importa lo que hagas, lo que tengas, el poder que hayas acumulado, la gente que esté bajo tu influencia: todos moriremos por igual. Y todos somos igualmente vulnerables a la muerte. Entiendo el instinto de supervivencia, entiendo el miedo a morir. Pero recordar que todos somos vulnerables a la muerte, es un buen punto de partida para recuperar el poder personal. Por más que suene extraño, ese evento que nos quita toda potencia, ese evento irreversible, es también el que nos puede dar fuerza e impulsar a generar nuevos acontecimientos.

Si alguno tiene ganas, léase en el libro "Demian" de Hermann Hesse, el capítulo CAIN. La interpretación sobre ese mito bíblico me parece una acertada explicación al orígen de la creencia temerosa de que algunas personas son "intocables".

martes, 2 de marzo de 2010

Eva sobre el manzano

¿Por qué "Eva sobre el manzano"? Podría haberle puesto a este espacio cualquier otro título. Podría, pero no lo hice. Y ya el título es, con algo de de capricho y de juego de palabras en el medio. Se juega mi miedo a ser malinterpretada, entonces, me veo en la obligación de explicarme, de justificarme. Claro, podría decir "es así y punto". Pero no es. La arbitrariedad en estas cosas no es lo mío.

Empecemos por el principio. El mito de Adán y Eva es muy conocido en occidente. Después de todo, nos entroncamos en la cultura judeocristiana, y adivinen qué, el mito este viene del antiguo testamento. Pero... siempre hay un pero. Los gnósticos, viendo lo torcido que estaba el mundo, llegaron a la conclusión que un dios perfecto no podría haberlo hecho. Entonces le dieron una vuelta de tuerca al asunto, diciendo que hay varios dioses, con distintas categorías. El dios inmanente, perfecto, el gran creador... no fue el que creó este mundo en forma directa. En cambio, este dios creador perfecto se hizo unos cuantos colaboradores menores que se encargaron de distintas cosas del universo material. JHVH, entonces, estaba al mando de esta parte del Universo. Pero se vé que hubo un conflicto de ego, y quiso hacer más de la cuenta. Y de paso, pedir que lo adoren. Aquí viene la vuelta interesante... que dice que en realidad, la Serpiente no es la condenadora, no es el demonio... sino la primer salvadora. La Serpiente, entonces, al insistir que Eva probara el fruto del conocimiento, y pudiera así ser como un dios, distintguir el bien del mal, etc... fue la primer liberadora. Pero claro, siempre va a estar la lucha, porque el conocimiento implica responsabilidad, e implica no dejarse guiar por cuentitos sin fundamento. Conocer implica no poder pasar por alto ciertas cosas que, estando en la ignorancia total, nos tenían tan tranquilos.

Eva se trepó al manzano, y se dio cuenta que no sólo no podía terminar de comerse esa simple fruta, sino que además, había muchas otras frutas ahí, esperando a ser probadas. Y eso ameritaba compartirlas, porque pese a que conocer implicaba salir del paraíso de la ignorancia, se daba cuenta que era preferible, mil veces preferible, desarrollarse como humana plena en medio del desierto antes que estancarse en una niñez dependiente en ese jardín. Así fue como llamó a Adán, y le ofreció...

Mi Eva no se lamenta el haberlo hecho, y su hambre no se ha saciado ni se saciará. Mi Eva no tiene culpa por conocer, no asume culpa alguna por su ambición, se sacude siglos de estar amarrada, se sacude la modorra, se vuelve a trepar y empieza a dar algunos mordiscos... y a contar lo que se ve a unos metros del piso...