domingo, 30 de septiembre de 2012

Una se inventa estrategias contra la soledad. Escucha música. Lee libros. Lee más libros. Lee revistas. Lee huevadas en internet. Juega jueguitos tontos que no requieran involucrarse con una historia, porque la propia historia da vueltas en la mente como un trompo.
Hasta que se sale de quicio y el trompo revolea luces por todos lados, sin que una sepa cómo atajar las ideas que se escapan. El tiempo que se pierde. La energía desgastada. Así es como de noche termino limpiando lo que no limpié en el día. Escribo un poco. Me fijo si algún amigo noctámbulo está dispuesto a intercambiar un poco de pixeles haciendo de cuenta que hablamos café o whisky mediante. También podría ponerme a dibujar. O darle otra mano de barniz a las cajas que compré para guardar los mazos que me habían quedado huérfanos. Pero la maldición de la bruja es no poder autoengañarse, y estos paliativos contra la doña Soledad son percibidos como eso. Como paliativos.
Queda la computadora prendida, el facebook abierto, el msn conectado. Pero una no está ahí, está sentada mirando a la nada, alineando cristalitos o bolitas de colores en la pantalla. Mientras tanto, la piel pide otra cosa, deshacerse de sus cáscaras en el roce con otra piel.
Los labios se entreabren sedientos. Y ni el té, ni el café, ni el vino ayudan a sacar la sed.





EvaLilith


2012

8 comentarios:

  1. Adoro que leas libros, y adoro que leas más libros.
    Sin duda una charla contigo, con café y/o whisky, sería más que interesante.

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    1. Sabe qué pasa? Últimamente reniego un poco de las charlas donde se espera inteligencia y cultura de mi persona. O donde se intenta demostrar estas dos cosas por el otro lado. La verdad, creo que lo que necesito ahora es whisky y compañía. Así de sencillo.

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  2. Mientras no sea mirando Tinelli, le secundo el whisky en cualquier escenario. jeje.

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