lunes, 3 de septiembre de 2012

De anillos y otras yerbas


En algún momento de mi vida, mi dedo anular portó una alianza. No era el típico anillo liso con la inscripción interna. Era una bellísima obra de orfebrería en plata, una rosa con volumen, hojas y espinas incluidas. 
Él tenía otra igual. Sólo había dos anillos así en el mundo (hasta que Avon sacó unos años después un modelo muy parecido, oh, la ironía del consumo masivo). 
Lo curioso no era el hecho simbólico de las alianzas. Después de todo, es un simbolismo común en nuestra sociedad. Lo curioso era que la alianza debía ser devuelta cuando se acabara el amor. O cuando las espinas pincharan demasiado, como fue el caso. 

Por otro lado, cuando el mismo que me dio ese anillo estaba soltero, usaba otra joya. Una serpiente. Indicaba astucia y engaño... si conocías el código. De otra forma, pasaba como un adorno más. 

Esto viene a cuenta de los símbolos que usamos día a día, consciente o inconscientemente, para señalar o recordarnos cosas. El peso del anillo que llevo ahora en mi dedo no es mucho, pero es lo suficiente como para que mi mente tenga presente, al notarlo, lo que para mí significa. Esta mano esquelética que se aferra a mi dedo es simplemente el recordatorio del tiempo que se va, de que "ella baila siempre detrás". Es ese recordatorio que me dice que más que pensar, debo hacer. En mi caso, es necesario. 

Podríamos decir que las cosas que una tiene suficientemente incorporadas, pueden llegar a prescindir de lo simbólico. Pero no estoy tan segura de ello. De algún modo lo relaciono con los perfumes que el cerebro ignora luego de un tiempo de percibirlos, para no sobrecargarse. Hay cosas que no quiero ignorar. Ese era el significado inicial de muchas marcas en el cuerpo. Los tatuajes eran un recordatorio de que se había llegado a la edad adulta, que se era un guerrero, que se tenía el status de mujer casada, que se había sido madre, etc. No sólo eran el recordatorio permanente sino también el sello distintivo. 
Casi todas las personas que conozco que tienen tatuajes realizados, los usan con la misma función, aunque el significado deja de ser grupal, para ser personalísimo. 

Quizás con un par de horas más de sueño pueda terminar la perorata, pero de momento quería simplemente plantear esto. Recordatorios, símbolos, fetiches que usamos en el día a día para tener presente algo. Que pueden ser tan destructivos como creativos.

2 comentarios:

  1. Querida Eva... Me da placer volver a leerte.
    Es muy cierto lo que decís. Muchas veces pensé en ello. Incluso agregaría que no solamente se llevan símbolos e historia en el cuerpo, sino que también la casa de uno es un museo sobre ello. Visitá el living de cualquier persona, y hallarás fotos de sus seres importantes (familia amifos), recuerdos sobre sus viajes, libros, películas o discos musicales acorde a sus gustos, y un sin fin de pequeños detalles cuales son los que más dicen sobre dicha persona.
    Supongo que es natural que uno sienta necessidad de tener su historia presente, pues, si no uno, ¿Quién? (La verdadera muerte está en el olvido)
    Besos.

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  2. Me hiciste acordar de un detalle respecto al "Sr. de los anillos". Como él vivía de hotel en hotel, sus pertenencias podían ser llevadas en un bolso no demasiado grande. Un par de libros, poca ropa, las rotring y unas pocas fotos. Cuando por fin se estableció en un lugar, lo atiborró de cosas. Quizás haya sido una reacción a los años sin un lugar marcado como territorio propio.
    Sabe tu...

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