jueves, 1 de septiembre de 2011

Fito, te quedaste corto.

Viajaba en un 59, de Constitución a Retiro. Hora pico, colectivo lleno. Compartiendo uno de los asientos delanteros, había dos chicos, claramente, en situación de calle. Uno tenía unos 12 años, y el otro, una edad indefinible entre 6 y 8. Llevaban dos bolsas de consorcio repletas con lo que parecía ser ropa.

Junto conmigo subió un señor enyesado que conocía al mayorcito. Le ofrecieron sentarse, pero el señor lo rechazó. Ahí empezaron a hablar y pude enterarme de a retazos la historia.

Ellos pedían y vivían en la estación constitución. Estaban yendo a Retiro, porque allí, en teoría, a las 5, llegaría la mamá del más chico.

Ahí, el nenito empezó a contar que era de San Juan, que antes de Constitución vivía con la tía en Suárez, pero que la tía pegaba mucho. Especialmente, si no juntaba lo suficiente. Pegaba tanto que el más grande se asustó y ofreció a cuidarla. Sí, cuidarla. Era una nena, a la que, para minimizar los riesgos de abusos, su "padrino" había cortado el pelo y vestido como hombrecito.

Tenía mucha ilusión de volver a su casa. Les había costado mucho ubicar a la madre, contarle toda la historia, convencerla que realmente la tía era una pesadilla, que no era que la nena se portara mal, sino que no le estaban dando comida, no la estaban dejando ir a la escuela, etc.

El mayor, entre la narración al señor y pedidos de que se quede quieta, le decía a su protegida: "En tu casa vas a ir a la escuela, vas a ayudar a tu mamá con tus hermanitos y vas a estar bien, vas a poder jugar". La menor soñaba con esa vuelta a casa, a mamá, a esa misma casa que la había expulsado.

Y mandado lejos.

Llegamos a retiro, apenas podían con las bolsas, pero el señor enyesado les dio una mano. No pude ver, y jamás me enteraré, si la madre de la menor los estaba esperando realmente. Jamás me enteré si llegaron a una casa.

La duda que me quedará es si esa casa en San Juan era realmente un hogar, o si esa nena aprendió en la calle, por los cuidados que un nene apenas más grande que ella le dio, así, como pudo, para que el horror del desamparo sea menor horroroso.



EvaLilith
2011

2 comentarios:

  1. Desconocia la existencia de su blog, me tomará su tiempo, pero pasearé un rato por sus post.

    ResponderEliminar
  2. Hay muchas cosas que están desperdigadas en mis notas de face, y otras tantas que no... es bienvenido por aquí.

    ResponderEliminar