viernes, 24 de junio de 2011

Hinach Yafah




Fue como si te mirara por primera vez. Algo se había quebrado, algo con esa risa que te llenaba el cuerpo te había desnudado. Las pequeñas y finas arrugas alrededor de tus ojos, tus ojos cansados de andar mirando demasiado. La risa quebró una barrera, me dí cuenta y te miré.

Miré tu piel delicada, miré tus manos con los dedos nerviosos, jugueteando con lo que tuvieran a mano. Miré la pequeña boca escondida entre la barba. Miré los hombros escondiéndose, miré esa forma de retraerte... sí, eso era lo que se había roto.

Vi tantas cosas.

Probablemente, meras proyecciones mías.

Pero algo creí entender. Sí, entendí una nueva forma de lo hermoso. Entendí que sin importar los estragos del tiempo, los vaivenes estéticos, o lo que fuera, hay algo que hace juegos de luces y sombras. En esos juegos sos hermoso. En esos juegos de luces y sombras es que me gusta desnudarte, observarte largamente, usar tu cuerpo como instrumento de lo más sagrado: Tu cuerpo como el instrumento de todo lo demás, cargando el peso de los errores pasados, presentes y futuros. Un libro con una historia contada. Un libro en el que estoy dejando marcas, en el que estoy escribiendo también una parte de mi propia historia. Las huellas se borrarán pronto, o quizás no... no es tan importante eso.

Creo que me reí también. La risa también es un puente... sé lo que te esforzás en conseguir arrancármelas una por una, venciendo a mi seriedad y sacándome las máscaras sin ningún pudor ni espanto.

En ese espacio entre nosotros, está esa posibilidad. Y ahora, ahora que te pude mirar, ahora que te sentí de esta forma; ahora, aunque me muera de miedo, voy a seguir buscando esos momentos sin personajes...


Esos momentos donde asomamos vos y yo, y somos hermosos...



EvaLilith
2011



5 comentarios:

  1. Qué contrabandeas con cada palabra? –además de ti claro– Aunque en realidad no hay pregunta –eres tú que te cedes maravillosamente en esta ideación, y acaso, sin querer… proponiéndonos un juego inocente… ¿inocente? –¿y por qué no? ¿o acaso la vida se trata de otra cosa? –Ser mujer es sin duda llevar un don… ¡¡¡Gracias Eva!! –¿Eva?

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  2. De nada. Ser mujer o ser hombre es llevar un don. Como decía Crowley, cada hombre y cada mujer es una estrella.

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  3. Las perlas, como las mujeres, cubren cada una de sus heridas de tal forma, que un día, escondidas detrás de roles funcionales a representaciones arcaicas, desaparecen para el mundo… Claramente lo que pasó con Eva fue una advertencia, y creo q ACrowley, citándote como Lilith reafirmaría que además de atributos únicos y nobles, dispuestos para lograr verdaderos fines “políticos”, debajo de tantas capas, buscando esos momentos sin personajes, la concreción anacarada de color blanco agrisado que supones mujer, precisa reflejar su estrella “como réplica” hasta definitivamente saber de sí… ( de otra manera, cada perla se corresponde con una estrella -y ya sabes lo que pienso de las perlas ) ( En fin, ahora sé lo que contrabandea cada palabra… jaja: ¡estrellas! –o quizá, sueños.. )

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  4. Hay muchas formas de interpretar el mito de la caída. Mi interpretación favorita comenta que el pecado original no sería la desobediencia, tal como milenios de judeocristianismo indican... sino la no responsabilización de Adán. Ese no hacerse cargo, ese señalar a Eva como la tentadora, tal como antes había señalado a Lilith como la desobediente. Sin embargo, las estrellas no reflejan: las estrellas brillan por derecho propio.

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  5. Las estrellas irradian, y su reflexión –destino, luz– se manifiesta en la perlas –pero las perlas deben ser descubiertas– ( alquimia , sincronicidades ) La cuestión, es que en ti encontré una sugestiva… (Así se lo hice saber a algunas amigas que se quejaban de sus circunstancias; les recomendé tu blog –y felices, porque encontraron en tus entradas respuestas… pero lamento que por lo que fuera, no lo dejen reflejado por aquí ) Por lo tanto, estoy completamente de acuerdo en que el foco del asunto, es la no responsabilización de Adán. Y más, si el propósito de la vida como termino de escribirte, es tomar experiencias –pq después habrá procesos interiores consolidándola, dándolo espesor–, atravesando la interpretación del mito, en todo caso fue la mujer la que colocando en segundo lugar la seguridad de las cosas, maduraría aquello que surgía ante sus ojos: la grandeza de un mundo que debía ser compartido… asumiendo no solo el riesgo, sino la responsabilidad de una afirmación colectiva… ( cuestión que astutamente escondida por otros detrás del deseo –no entendiéndose que el desear fue la primera manera de comunicarse con Dios que tuvieron los hombres– solo constituyó otro mecanismo de poder que pronto se volvería una contradicción improfanable ) Bien, ahora es la mujer, la que tomando consciencia de sus dones, desde la responsabilidad del gobierno de sus afectos, representa una última oportunidad para los hombres… ( Evita, no fue accidente. Ninguna Eva lo es) ¿me explico? ( Perdón, pero esto es para largo -escribir más o para charlar-, y para no cambiar el sentido por el cual provocas estas reflexiones, me detengo aquí… Jaja no quiero derramar el café –claro q leí el post, pq fue una amiga q desafiándome te posteó, y la verdad, es q me sorprendiste… y eso q estoy escribiendo algo parecido a un libro que toca en lo profundo estas cosas ( quiero decir, me engancho, cuando el destino hace de las suyas )

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